1 - Guarderías flexibles y rentables.
No hace falta que te haga un dibujo. ¿Conoces a muchas niñeras que puedan hacer el recorrido del colegio pero también cuidar de vez en cuando al niño más pequeño que tiene tos y no puede ir al colegio? Tu au pair sí.
Es cierto que sus horas son fijas, pero están ahí para ayudarte y adaptarse a tus necesidades en el día a día. Económicamente, el coste es moderado: unos 90 euros de dinero de bolsillo a la semana, alojamiento y comida (para más detalles, consulta Cuánto cuesta). ¡Y eso independientemente del número de niños!
Y para usted, la tranquilidad de saber que puede pasar cualquier cosa y que puede contar con él o ella para ocuparse de todo.
2 - Ayuda doméstica diaria.
Vuestro au pair no se queda con vosotros para hacer las tareas del hogar, sino que, como un miembro más de la familia, os ayuda a diario.
Entre las agradables sorpresas que notarás al llegar a casa: ha vaciado el lavavajillas, ha ordenado la habitación de los niños, ha comprado el pan al traer a los niños del colegio o incluso ha pasado la aspiradora por el salón… Todas estas pequeñas cosas añaden aceite a los engranajes y liberan tu tiempo para ser mejor padre: jugar a un pequeño juego con los niños, leer un cuento, repasar el examen del día siguiente con el mayor…
A veces basta con un cuarto de hora más al día para saborear la alegría de estar juntos.
3 - Abrirse al mundo y a un nuevo idioma.
Todo el mundo sabe que los idiomas se aprenden con una facilidad desconcertante cuando se es pequeño. Con un au pair en casa, vuestros hijos tendrán la oportunidad de pasar tiempo con alguien que habla otro idioma. El au pair estará encantado de compartir con ellos su idioma y todas las costumbres de su país de origen: comida, horarios, actividades… ¡Preparaos para descubrir que vuestros hijos tienen un acento maravilloso!
4 - Aceptar al extraño y compartir.
En el día a día, tus hijos también aprenderán sobre la diferencia y la tolerancia.
Al fin y al cabo, al acoger a un au pair, estáis abriendo vuestra casa al Otro. En efecto, les estás dando la bienvenida a tu mesa y compartiendo con ellos lo esencial de tu vida. En cada momento, descifrarás tus hábitos como elecciones y no como reglas universales.
Cada día, tus hijos comprenderán que hay otras formas de vivir, y que también son perfectas. ¡Un regalo precioso para el resto de sus vidas!
5 - Una relación sólida y duradera
Vas a compartir buena parte de tu vida con tu au pair.
Compartirá tus desayunos malhumorados, los cumpleaños de tus hijos, las veladas de las que estás harto y los fines de semana en los que te has divertido demasiado. Te ayudará muchas veces. Le mimarás como a un miembro más de la familia. Los niños le adoptarán. Compartirá contigo sus dudas y descubrimientos como adulto en ciernes.
En definitiva, la relación con tu au pair irá más allá de la que tendrías con un profesional de la puericultura que cuida de tus hijos. Entrarás en su vida. Se convertirá en parte de la tuya. Y esa es una de las razones por las que elegir un au pair es una experiencia tan enriquecedora. Conocemos au pairs que se reúnen regularmente con su familia de acogida como si fueran viejos amigos, e incluso au pairs que nunca han salido de su país de acogida.