En BUTRFLY, nos complace compartir las enriquecedoras experiencias de nuestra comunidad internacional de au pairs. En nuestro último episodio del podcast «La Grande Famille», recibimos a Robbie, una joven holandesa de 25 años que comparte su trayectoria como au pair en Francia.
De la isla de Texel a las costas Francesas
Originaria de una pequeña isla al norte de los Países Bajos llamada Texel, Robie creció en un entorno donde «todo el mundo se conocía». Esta experiencia, aunque a veces limitante, le permitió desarrollar una fuerte personalidad. A los 18 años, se mudó a Ámsterdam para continuar sus estudios, donde obtuvo un título en International Creative Business.
Después de trabajar en medios de comunicación en los Países Bajos, Robbie decidió vivir una experiencia en el extranjero. «Francia es un país muy hermoso, tiene un idioma muy bonito, quería aprender más sobre el idioma y la cultura», nos cuenta. Su experiencia previa en un camping francés ya había despertado su curiosidad por la cultura francesa.
Dos regiones, dos ambientes
Una de las particularidades del recorrido de Robbie es haber vivido en dos regiones francesas distintas: Cannes en la Costa Azul, y luego Biarritz en la costa atlántica. Esta doble experiencia le permitió descubrir dos facetas muy diferentes de Francia.
En Cannes, se sumergió en una atmósfera de lujo donde «la gente viste ropa hermosa, conduce coches bonitos» y donde la apariencia juega un papel importante. En Biarritz, por otro lado, descubrió un ambiente más relajado: «La gente está más relajada. Aprovechan al máximo su vida».
Esta diferencia se siente incluso en la conducción, como señala Robbie: «En Cannes, era horrible [conducir]. Daba mucho miedo». Mientras que en Biarritz, «las calles son más anchas, hay más espacio», lo que hace que la experiencia sea mucho más agradable.
La vida en una familia Francesa
Actualmente, Robbie cuida de tres niños de 9, 6 y 2 años. Comparte su vida cotidiana con una familia franco-canadiense, donde se comunica principalmente en inglés, ya que los niños son bilingües.
¿Qué facilitó su integración? «Me sentí inmediatamente apoyada por ellos», explica. Esta confianza mutua formó una base sólida para construir una relación armoniosa. Robbie también enfatiza la importancia de la flexibilidad en el papel de au pair, para adaptarse a las necesidades cambiantes de la familia.
Un viaje hacia uno mismo
Más allá del descubrimiento cultural, la experiencia au pair representa para Robie un verdadero viaje interior. Los momentos de soledad y reflexión le han permitido conocerse mejor y visualizar su futuro profesional con más claridad.
¿Su consejo para futuros au pairs? «No seas demasiado duro contigo mismo. Déjate llevar por la corriente». También recomienda tomarse el tiempo para elegir cuidadosamente a la familia anfitriona, porque «pasarás mucho tiempo con esta familia».
Una nueva perspectiva sobre su país de origen
Paradójicamente, vivir en Francia le ha permitido a Robbie tener una nueva mirada sobre su propio país: «Estar en Francia ha abierto mis ojos sobre los Países Bajos». Esta distancia le ha hecho tomar conciencia de las cualidades de su país natal: «Ahora sé mucho mejor por qué los Países Bajos es un buen país».
Esta toma de conciencia es uno de los muchos beneficios inesperados de la experiencia au pair, que va mucho más allá del aprendizaje de un idioma o del descubrimiento de una cultura.
En BUTRFLY, estamos convencidos de que la experiencia au pair es una aventura humana transformadora, tanto para los jóvenes como para las familias anfitrionas. Si deseas vivir esta enriquecedora experiencia, no dudes en contactarnos para saber más sobre nuestro programa internacional de au pair.
