1 - Hablar con el niño
Hay que explicarle al niño que lo que está haciendo no es normal y que está siendo irrespetuoso. La forma de hablarle es esencial; le escuchará mucho mejor si se toma el tiempo de explicarle las cosas con calma y sin reproches. Para ayudarles a retener tu mensaje, procura no comparar ni reprochar, sino apoyarles. Puedes decirles que su comportamiento debe ser no violento y más respetuoso, para ayudarles a sentirse mejor con los demás.
2 - Hable de el con su familia
No te quedes ahí y no te sientas responsable de la falta de respeto. Si eres au pair, habla con tus padres para explicarles la situación. Es importante que hables de ello con tus padres para explicarles las dificultades que tendrás como au pair para ganarte el respeto y crear una relación de confianza y complicidad.
Como padres, debéis hablar con la familia y discutir la situación; el niño no debe sentirse excluido ni condenado. La solución debe decidirse entre todos, y el niño puede entender que su comportamiento concierne a toda la familia. Si hay hermanos, hay que tener la sensibilidad suficiente para no comparar el comportamiento del niño con el de sus hermanos, sino explicar a todos que esto puede ocurrir y que hay que ayudarse mutuamente para mejorar juntos la situación.
3 - Entender la causa
Los comportamientos violentos pueden deberse a muchos motivos, pero las causas principales suelen explicarse por 3 razones:
- el niño tiene una necesidad básica que no está satisfecha
- el niño carece de información
- el niño está perturbado por una emoción fuerte
La llegada de la au pair a la familia es un elemento nuevo, y a veces puede perturbar la orientación del niño si no se ha preparado suficientemente su llegada o si el niño no la acepta. A veces esto puede ir unido a cambios en el entorno escolar (cambio de clase, amistades difíciles), que pueden alterar al niño. En cualquier caso, comprobando estos 3 puntos, seguro que habrás aclarado la mayoría de las explicaciones.
4 - Pedir ayuda
Como en todas las situaciones, hay que buscar la solución y no el problema. Por eso es importante buscar ayuda y consejo. Pedir ayuda es un signo de fortaleza, no de debilidad. Ponte en contacto con especialistas en primera infancia (pediatra, médico, psicólogo, coach, mediador, logopeda) y no te aísles.
5 - Dale un abrazo
El comportamiento difícil de un niño es muy a menudo una forma de expresar su malestar. Necesitan que se les tenga en cuenta, que se les escuche y que se les preste atención. Uno de los mejores remedios es abrazar al niño. Esto tiene el efecto beneficioso de tranquilizarle, calmarle y demostrarle que se le quiere.