En Butrfly nos encanta poner el foco en nuestras au pairs. Este artículo está escrito por Dana, una joven au pair estadounidense en Francia. Nos cuenta su experiencia como asistente lingüística en una escuela primaria.
«Una de las cosas más importantes en mi decisión de ser au pair fue poder enseñar inglés a los niños».
Por eso me alegré tanto cuando, durante la segunda semana del curso como au pair escolar, la profesora de uno de los hijos de mi familia me pidió que fuera a su clase a dar clases de idiomas. Acepté inmediatamente.
Todas las tardes, la hija menor me preguntaba: «Oh Dana, ¿has hablado con la profesora? Es muy importante que vengas a mi clase». Finalmente, cuando la profesora y yo lo hablamos, decidimos dar clases sobre el tema de la Navidad. Cuando llegué a la escuela el primer día, pude sentir la emoción de los alumnos: hay un nuevo invitado de un país extranjero. Oí muchos «¡Hola! ¡Hola!» y algunos «ah, es la niñera de [hija]».
Después de las presentaciones, empecé la clase con un libro que la profesora me había regalado unos días antes. Es un libro sencillo sobre un ratón en Navidad y es perfecto para los principiantes en inglés. Después de leer el libro en voz alta, les enseñé las fotos correspondientes al vocabulario de la historia. Trabajamos con las cinco primeras palabras (the tree, Father Christmas, cookies, presents, Christmas stockings).
La semana siguiente, volví a clase y empezamos con las cinco primeras palabras. Me sentí muy orgullosa de todo lo que recordaban. Debo señalar que estas lecciones tienen lugar durante los últimos 45 minutos de clase los viernes, y para un niño de siete años a veces es difícil concentrarse en un tema difícil a esa hora del día. Después de repasar el vocabulario de la semana anterior, continuamos con el libro y añadimos seis palabras.
«En mi opinión, y por mi experiencia, aprender un idioma es divertido».
Es más vivo que otras asignaturas.
Es difícil estudiar un idioma con una estructura rígida, como los de ciencias, por ejemplo. Por eso, con los alumnos canto, dibujo y jugamos. El profesor les ha dado pequeños memorandos con dibujos correspondientes al vocabulario y, durante cada lección, jugamos con ellos.
Es importante para mí decir que el profesor me ayudó mucho. No soy profesora y estaba aprensiva antes de la primera clase. Ella lo sabía y se aseguró de darme toda la ayuda material que necesitaba. Además, se queda con nosotros durante las clases para asegurarse de que todos nos sentimos cómodos y seguros.
Para mí, dar estas clases es la mejor parte de la semana. Los alumnos siempre tienen el mismo entusiasmo desde la primera sesión.
«Creo que ser au pair es una experiencia que a veces puede estar llena de incertidumbre».
Para muchos de nosotros, se trata literalmente de viajar por el mundo, descubrir un nuevo territorio, una nueva cultura y aprender a gestionar nuestras emociones cuando estamos lejos de nuestros puntos de referencia.
Sin embargo, algo de lo que estoy muy segura es de mi capacidad para hablar mi lengua materna durante una hora a la semana. Por eso siento que puedo enseñársela a los niños, aunque solo sean unas palabras, y ver cómo sus sonrisas iluminan sus caras.
Este momento es parte de la razón por la que me convertí y disfruto siendo au pair.
